Nacer
y morir son dos procesos científicos de la Naturaleza, Las personas no son las
que nacen y mueren porque las personas están más allá de estos procesos, por
esto se puede decir que son los cuerpos de las perdonas lo que muere y nacen
por eso no dé debe decir que la persona ha muerto simplemente que ha
DESENCARNADO(1)
La
persona es aquella que ama, piensa, ama, odia, desea, etc. El cuerpo es solo el
vehículo que logra que todo este sea plasmado es este mundo material, muchos
critican que esto sea estudiado pero es necesario para que muchas personas
puedan entender realmente y no sufran y hagan cosas que no se remediaran por
culpa del dolor que les causa la desencarnación de una persona querida(1)
Luego
surgen muchas dudas que una investigación como la que se quiere dar a entender
puede resolver muchas dudas como “¿Qué
ha pasado con ellos? ¿Están sufriendo? ¿Nos cuidan de algún modo? ¿Podemos
ayudarlos? ¿Los volveremos a ver?”. Las religiones del mundo ofrecen distintas
respuestas. Algunas enseñan que los buenos van al cielo, y los malos a un lugar
de tormento. Otras dicen que pasamos al reino de los espíritus para estar con
nuestros antepasados. Y hay religiones que afirman que entramos en el
mundo de los muertos para ser juzgados y después nos reencarnamos, es decir,
volvemos a nacer en otro cuerpo(2)
Lo que
sucede cuando fallecemos no es ningún misterio para Jehová, el Creador del
cerebro. Él conoce la verdad, y en su Palabra, la Biblia, explica en qué estado
se encuentran los difuntos. Allí se enseña con toda claridad este hecho: cuando
una persona muere, deja de existir. La muerte
es lo contrario de la vida, de modo que los muertos no ven ni oyen
ni piensan. Ni una sola parte de nosotros sigue viviendo cuando muere
el cuerpo. En efecto, no poseemos un alma o espíritu Inmortal.(3)
Según
lo que dice la Biblia Es todo un
consuelo saber lo que enseña sobre el estado en que se encuentran los muertos.
Como hemos visto, no sufren ni sienten dolor. No hay que
tenerles miedo, pues no pueden hacernos daño. No necesitan nuestra
ayuda ni tampoco tienen la capacidad de ayudarnos. Ni ellos pueden
hablar con nosotros ni nosotros con ellos. Hay muchos líderes religiosos
que aseguran que pueden ayudar a los difuntos, y la gente, creyendo esa falsedad,
les da dinero. Pero conocer la verdad impide que nos engañen con esas mentiras.
(3)
Esas
creencias comparten una idea básica: que una parte de nosotros sigue viviendo
cuando el cuerpo muere. Casi todas las religiones, tanto del pasado como del
presente, afirman que, de una u otra forma, continuamos viviendo para siempre y
conservamos la capacidad de ver, oír y pensar. Pero ¿cómo puede ser eso
posible? Los sentidos, lo mismo que el pensamiento, dependen del cerebro, el
cual deja de funcionar cuando fallecemos. Nuestros recuerdos, sentimientos y
sensaciones no se mantienen vivos por sí solos de algún modo misterioso.
Es imposible que lo hagan, pues dejan de existir cuando el cerebro se
destruye.(4)
Con
esto podemos concluir que el mundo de los muertos tienen muchas explicaciones y
muchos argumentos para que sea creíble por todos pero que a lo largo no se ha
podido dar una explicación sin argumentos pero con hechos es decir que todo lo
anterior solo son argumentos la verdad absoluta no se sabe pero es mejor creer
que no creer (5)
Bibliografía
(5)
Tarazona Miguel Enrique
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